Durante la primera entrevista entre el consultor externo y la organización o empresa se debe aclarar cuál es la demanda y explicitar qué es lo que el cliente espera del trabajo de consultoría, así como también establecer qué es lo que consultor puede ofrecer, señalando las ventajas y limitaciones de las posibles alternativas de intervención, es decir, se debe entablar el contrato entre las partes.
Además es importante identificar la persona con la que se realiza el contacto inicial y que se logre determinar si está participando inadvertidamente en algún proceso de poder interno a la organización, en que a él se le ha asignado un rol sin consultárselo.
Los consultores desde esta perspectiva deben asumir una actitud flexible a los cambios que va sufriendo la organización, deben trabajar en base a los recursos desde una mirada positiva y propositiva. Pero también deben tener presente los objetivos, metodología, cronograma y plazos, formas de pago y el equipo consultor del proyecto, los que deben contener todos los antecedentes necesarios para que se pueda tomar la decisión.
Dentro de las precauciones que se deben considerar, a pesar de que no resulta fácil anticipar las dificultades que pueden presentarse, es generar motivación en los entrevistados para obtener la cooperación de los sujetos y que la organización atraviese por periodos particularmente ocupados. De la misma manera, puede haber resquemores hacia la organización, que llevan a que los miembros de ésta no se sientan inclinados a colaborar con una actividad que de alguna forma les parece vinculada a los intereses de la organización. Sin lugar a duda, el trabajo se puede presentar dificultoso o incluso impedido, por factores propios de la organización que se encuentran del todo fuera de control del consultor.
En síntesis y en relación con el video, el consultor externo, que en las imágenes se veía reflejado en el perro, debe tener presente una buena actitud al momento de relacionarse inicialmente con la organización.

